Memorias de un DJ

28.07.2022

Soy Uter, DJ, comunicador, promotor, amante de la música. Tuve mis primeras incursiones en la musicalización de pequeño con mi colección de cassettes grabados, en las fiestas y festejos barriales entre amigos, llamados por aquel entonces, "asaltos". Años más tarde, a los 19, y luego de participar en distintas bandas de rock, conocí la música electrónica y todo su eterno sin fin de estilos y sub estilos, y con ella, el mundo de los vinilos desde el djing, la reproducción y mezcla de tracks diseñados para la pista de baile. 

En un primer acercamiento y luego de adquirir las primeras copias en disquerías de Buenos Aires, a 1000km de mi ciudad natal, Mendoza, me aventuré a Londres, París y Nueva York y pude además de ver en vivo a varios de mis nuevos ídolos, sino que también aventurarme en cuanta disquería encontraba para gastar unas pocas libras esterlinas en gemas vinilísticas.

Eran tiempos sin celulares, con la guía de revistas (impresas) y poco y limitado acceso a internet. Corría el año 2001 y ya de regreso a Mendoza me puse en campaña para ir armando mi equipo para poder tocar en vivo: las dos bandejas Technics 1200 y un mixer de dos canales, preferentemente, con ecualización por banda. No era pedir mucho, pero a la vez costaba tanto

Ese acceso a internet iba mejorando y nos permitía comprar algunos discos a Europa o Estados Unidos y me fui armando mi batea de placas ya enfocado en un sólo estilo, del cual decidí autoproclamarme abanderado en mis pagos, por ser el único y más férreo difusor: el drum&bass. Con varios colegas productores, cantantes, MCs y demás gestamos una escena sólida y en ebullición. Nos visitaron artistas de distintas latitudes y así también me tocó viajar, y justamente, en estos intercambios, intercambiar vinilos. Y crecía la colección y la profesión se tornaba cada vez menos un mero pasatiempo.

A aquel que viajaba al extranjero, le pedía esos nuevos himnos de la pista londinense y era enorme también la emoción de recibir promos, o discos de promoción, que sin tapa ni gráfica, venían en un sobre acompañado de una breve gacetilla impresa y la etiqueta en el disco en blanco. Todo un honor ser el dj seleccionado para que esos discos giren antes de ser editados formalmente!

En Mendoza seguía siendo una rareza y lo poco que podía adquirir en una tienda local que conservaba material de los 80s, y 90s eran algunas joyitas del reggae más comercial, pero bello al fin, y así fui armando un segmento dedicado a la música de raíz jamaiquina incorporando dancehall, roots y otros géneros afines. Ediciones nacionales y con sonido sólo aceptable, ni hablar de las tapas, muchas de ellas arruinadas no por el tiempo sino por la desidia...

A fin de cuentas prima la música y con dicha colección arme un ciclo de sábados por la noche en la que giraban esos platos durante 4 a 6 horas y paseaba por todos los colores de la paleta jamaiquina yendo del dub al jungle y terminando con drum&bass rasta.

En mis incursiones radiales encontré un nuevo nicho con programas propios, participación en otros, columnas, coberturas de festivales en el exterior, columnas en la web, y algunos galardones que recibo con un poco de vergüenza de ser sólo un autodidacta del periodismo y mi mero interés es compartir música con alguien más.

Con el tiempo aparecieron las ferias, de otros locos como yo, amantes del formato 12 pulgadas. En El Club del Vinilo, y coincidiendo en el line up junto a Lucian Amat, conocí en ella al amor de mi vida, que renovó mi pasión por los vinilos.

De nuestro enorme interés por la música y el culto por el vinilo, surgió el proyecto Hippocampus en el que decidimos combinar nuestras colecciones, comenzar una nueva y utilizar ese material para compartir dj sets en vivo en distintas ocasiones: bares, restaurantes, teatros, festivales, y demás eventos. Yendo de un estilo a otro en música principalmente de los años 60s a 90s, y en formato back to back, es decir poniendo un tema cada uno, el proyecto va ganando fuerza y seguidores.

Lo lindo de parte del material es que es el heredado por Lucian de su parte, también dj aficionado. Glorias del soul, el disco, y el funk, se cruzan con todo el legado Beatle y pop de los primeros 70s.

Y por mi parte nuevamente y en otro de esas ideas de coleccionista, me he concentrado más recientemente en armar un pequeño racconto histórico de la evolución del rap y el hip hop desde sus absolutos comienzos. En esta epopeya el objetivo es conseguir esos discos, en su mejor estado y precio posible!

Hoy por hoy nuestra colección (ya, por supuesto es una sola) supera los 2000 discos de los más diversos géneros y estilos y en formato larga y duración, siete y doce pulgadas.

Les dejo mi Instagram para más información sobre mí y mi colección: https://www.instagram.com/djuterok/

¡En fin, larga vida al vinilo!