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¿Quién no quiso alguna vez de niño ser un superhéroe? ¿Ocultar su identidad mediante un traje y, desde el anonimato, valerse del don recibido para combatir el mal? Muchos fantaseamos con eso en su momento al ver esas series y películas que narraban las aventuras de nuestros personajes favoritos o leyendo los comics, soñando despiertos, envidiando sanamente su fuerza, astucia o destreza... Uno anhelaba cosechar esa misma admiración que sentía por ellos, gestada gracias a la valentía y determinación que los llevaba a ayudar y defender a los demás. Pero, como suele pasarnos a los seres humanos, le erramos al centrar la mirada en resultados; cuando descubrimos el esfuerzo que hay que hacer para alcanzarlos y todo lo que hay que resignar en el camino en la mayoría de los casos abandonamos el proyecto en cuestión. Por eso la principal virtud del superhéroe no es ese poder especial que decíamos antes que adquirió en su momento sino un rasgo bien terrenal, presente en todos nosotros pero que solo los más valientes permiten que aflore: esa determinación que lleva a reemplazar meros intereses personales por solidaridad.
Hoy les vamos a contar la historia de un superhéroe que no vive en la tele o en revistas; es de carne y hueso, como todos nosotros. Se inspiró en la ficción, es cierto, pero le rindió homenaje al personaje de la mejor forma posible: llevándolo al plano real, para luchar de verdad por el que más lo necesita. Es un Batman que en apariencia evoca al caballero oscuro que encarnó Christian Bale, aunque es bien argentino. Apareció por primera vez en la ciudad de La Plata en 2013, justamente para un momento en que hacía mucha falta alguien como él. El 2 de Abril de ese año fue un día memorable y doloroso para todos los locales a causa de la gran inundación que azotó la ciudad, la cual dejó a su paso un saldo récord de pérdidas materiales y humanas. Realizó la primer visita al Hospital De Niños "Sor María Ludovica" mientras se desarrollaba la inundación, aunque a esas alturas nadie imaginaba que iba a alcanzar la magnitud que alcanzó.
Ese día concurrió por la mañana, de civil. Se presentó ante las hermanas como un "amigo de Batman", diciéndoles que él quería visitar el lugar para recorrer las salas y ver que podía llevar para los internados. Recuerda todavía la cara de sorpresa con la que lo miraron ante el singular planteo... Le dijeron finalmente que los chicos se entretenían mucho pintando así que compró lápices y dibujos para colorear y alrededor de las 3 volvió con su familia. Comenzó así a recorrer el lugar, flanqueado por una de las responsables del establecimiento. Afuera, mientras tanto llovía de manera torrencial. El misterioso visitante nunca imaginó que al momento de irse todo estaría anegado, así que le costó más de la cuenta. Ya al otro día todo el mundo tomaba dimensión de la gravedad de la inundación.
A partir de ahí todos los viernes se instaló la tradición de esperar por Batman. Y causaba tal sensación su aparición que había nenes que por ahí recibían el alta un miércoles y no se querían ir, ya que sabían que en 2 días volvería su nuevo amigo encapotado. Cosas como esa hicieron al protagonista de esta historia tomar su tarea con la responsabilidad que la tomó, al comprobar los efectos positivos de esa ilusión que generaba en los niños su presencia y compañía. Y en los adultos también: su accionar constituía ese empujoncito que a veces necesitamos para despertar interiormente ese sentimiento solidario que nos estimula a dar una mano a los demás. Muchos se interesaron en colaborar a través de distintos tipos de aporte para que el superhéroe pudiese continuar con su tarea.
Cuando se le pregunta al protagonista de esta historia por qué Batman, cuenta que la elección no fue por casualidad: el murciélago significa para el algo muy especial. Lo terminó de descubrir en la adultez, porque de chico se confesó fan del Hombre Araña. Fue gracias a la primera trilogía de Christopher Nolan, donde se narran los fundamentos por los cuales Bruce Wayne decide convertirse en aquel misterioso ángel guardián de una Ciudad Gótica con características muy similares a las que encontró en nuestro país en su momento y lamentablemente sigue hoy encontrando, aunque cambien las banderas políticas... Se sintió muy identificado. Y tomó la determinación de ayudar desde su lugar a la justicia, no combatiendo el crimen sino acompañando al que no la pasa bien, al que vive lo peor que puede vivir un ser humano: tener un hijo sin salud. ¿Cuál es entonces el súper poder de este Batman local? El de transformar aunque sea por un ratito los momentos difíciles que atraviesa esa gente en otro de alegría. Un poder más que importante, que sintió que invadió su ser desde el primer día en que se puso el traje. Pero su labor no termina ahí. Gracias a los aportes recibidos (que él personalmente verifica que lleguen adonde tienen que ir) el hospital goza hoy de mejoras edilicias muy importantes: se cambió grifería, luminaria, pisos, se ha hecho pintura de salas enteras... Incluso "rescataron" 2 patios y armaron una mini ciudad para que los chicos anden ahí en karting. E inauguraron murales en el frente del hospital en homenaje a todo el personal por su labor en el día a día. Y también consiguieron actualizar equipamiento y mobiliario.
En cuanto a qué hace en su vida personal, cuenta poco. Son contadas las personas que saben realmente cuál es su identidad. Y la magia generada a través del mantenimiento de ese secreto es invaluable: en todo este tiempo no se publicó nada sobre eso, lo que habla del cariño y del respeto que se tiene hacia el personaje. Por supuesto que hay gente que sabe, pero nadie ha dicho nada. Solo puede contar que es docente de grado aunque hoy no ejerce (cumple un rol administrativo dentro de un establecimiento escolar), y que tiene una familia maravillosa que lo acompaña en este particular camino que se decidió a recorrer.
Volviendo a sus orígenes, se define como una persona muy detallista que cuando se involucra con algo lo hace a pleno. Este Batman por ejemplo tenía que tener un buen atuendo, y había que saberlo llevar. Tampoco podían faltar una Baticueva ni un Batimóvil. Al principio no fue fácil: recuerda que salía munido de una vestimenta que consistía en un traje de neopren con un escudo estampado en el pecho. Guantes de motoquero, botas de nieve negras, una capa y una máscara componían el resto. Con el tiempo tuvo la suerte para eso de dar con un muchacho en internet que lo asesoró para mejorar su apariencia, aunque pronto constató que conseguirlo conllevaría invertir un capital con el que no contaba... Por fortuna, ese asesor fue uno de los primeros colaboradores: al enterarse acerca de para qué lo necesitaba, le regaló parte del material y después le planteó que si costeaba el resto, la mano de obra era sin cargo. Así llegó al traje de hoy, que aprendió él mismo a mantener, en base siempre al original.
El Batimóvil por su parte, fue un tema más complejo aún: comenta, hoy con gracia, que casi le cuesta el matrimonio. Se trataba de un cero kilómetro negro, que adquirieron en su momento sin tener este proyecto siquiera en mente. Era un gusto que se quería dar la familia. Pero como Batman tenía que tener su vehículo, comenzó a ponerle vinilos autoadhesivos, e incluso terminó agujereando el capot para tunearlo con alerones y demás... Recuerda que tenían el auto prendado; en 6 años habían pagado solo la mitad... En ese entonces fue determinante el acompañamiento de la esposa. Gracias a todo ese esfuerzo, hoy verdaderamente es un auto hermoso que puede no ser igual a los que uno asocia con las películas, pero se nota a las claras que es un Batimóvil.
La Baticueva surgió en la pandemia. De un día para otro, se vio imposibilitado de continuar realizando al hospital las visitas de los viernes pero mantuvo contacto con las hermanas que, como eficientes secretarias, le iban avisando sobre los cumpleaños de los chicos para saludarlos a la distancia y también acerca de quienes más lo necesitaban, para mantener el contacto en forma remota. "Como soy un convencido de que hasta de las peores cosas algo bueno se puede sacar, aproveche esa época primera de confinamiento para armar mi guarida, que solo pueden visitar quienes demuestran valentía en los tratamientos largos", manifiesta. Un premio invaluable para esos chicos, que se traduce en un aliciente maravilloso para estimularlos a poner todo de sí mismos para sobreponerse.
Una persona muy allegada le brindó un espacio en su casa, que fue transformando con luminaria especial y artefactos para tener actividades para que los nenes que la visitan puedan ayudar a Batman a resolver distintas tareas. Durante el trayecto del viaje en que traslada a los pequeños ayudantes, se los va instruyendo en relación a las tareas que deberán realizar para asistirlo siendo siempre la primera digitar una clave específica en un piano para que se abra la compuerta que permite el ingreso al cuartel general. Con solo imaginar lo que debe pasar por la cabeza de esas criaturas en ese momento se emociona, porque sabe por los gestos dibujados en sus rostros que son cosas que no se olvidarán en la vida.
Sobre anécdotas recogidas, un montón en todo este tiempo. En el hospital y hasta en la calle, cuando para en un semáforo y observa las caras de sorpresa de los que están al lado y descubren a Batman ahí nomás de ellos, en plena calle. Pero inevitablemente hay situaciones duras también. Al principio no podía evitar quebrarse al llegar al hospital y pasar frente a alguna cama vacía que sabía ocupada hasta entonces por algún nene que desde hacía meses venía peleándola... Con el tiempo se dio cuenta que no podía permitirse caer con cada uno de esos casos. Agradece a Dios por haberlo acompañado con eso. Claro que nunca dejan de doler esas situaciones, pero aprendió a sobrellevarlo pensando en la próxima criatura que lo está esperando, ansiosa. Otro combustible son los mensajes de agradecimiento de los papás, por ayudarlos a atravesar aquellos difíciles momentos... "Es el alimento de este personaje", dice.
Batman no lucha solo.
Cuenta como ya dijimos con el apoyo de su familia y todo un equipo de "Robins", que son para él como sus 12 apóstoles. Cada uno hace un trabajo increíble desde el anonimato, sin pretender nada a cambio. Valora muchísimo su aporte, pensando que ellos ni siquiera tienen el reconocimiento que él recoge a través de las fotos y las entrevistas. Como todo superhéroe también, cuando se los necesita están siempre. A algunos cuenta que los conoce desde antes de arrancar con el proyecto y a otros, recién gracias al personaje. Con orgullo y satisfacción reconoce que formó un equipo excelente.
Tampoco se olvida de las autoridades del hospital, ya que son cargos políticos que van cambiando con los gobiernos pero independientemente de ello siempre le han permitido ingresar y participar. Siente que se maneja con libertad y a la vez acompañamiento. Y lo agradece.
Los batiencuentros
Cuando esta historia comenzó fue al solo efecto de visitar y acompañar, llevando dibujos y golosinas a los chicos. Pero por fortuna todo fue desarrollándose y creciendo en una forma sorprendente. Descubrió mucha gente con ganas de colaborar, así que tuvo que aprender a "administrar" su dedicación de otra manera. Como no aceptaba dinero, cuando se le acercaban con la intención de aportar con un monto específico el averiguaba qué necesitaba el hospital e instruía al donante para que comprara directamente el ítem en cuestión. Y Batman se encargaba de que ese bien llegara a su destino.
Reconoce que le cuesta delegar, pero pronto entendió que no podía hacer todo solo. Ahí aparecieron los Robins que junto con otra gente dan una mano para, entre otras cosas, desarrollar los 2 únicos megaeventos anuales que se realizan con la finalidad de recaudar fondos. Solo entonces recibían aportes monetarios que se volcaba a las obras, siempre rendición de cuentas mediante para que cada colaborador constatase adónde iba cada peso recaudado.
100x100 de lo vinculado a la realización de esos eventos es ad honorem: la comida, el sonido, el lugar, que lo presta un club local... todos aportan algo para que esa noche sea mágica e inolvidable. Empezaron siendo reuniones pequeñas, de 70 personas, y contabilizaron 650 la última vez. Durante esos encuentros obviamente el encapotado hace su aparición para agradecer, y de paso poner las cosas en orden porque siempre aparece un "villano" que quiere arruinar la velada. Hacen un show muy lindo que chicos y grandes disfrutan muchísimo. Todos los años los clubes locales de Gimnasia y Estudiantes donan las camisetas autografiadas, y se sortean otros premios aportados por comerciantes de la ciudad. Y el que no puede colaborar con cosas materiales lo hace con su oficio pintando, arreglando, construyendo, etcétera.
Recuerda también que cuando llegó Diego Maradona a Gimnasia le hizo firmar una réplica de la camiseta del Mundial 86 que subastaron y recaudaron una importante suma de dinero que fue al pozo de aportes. También consiguió la de Messi, gracias a un allegado en el predio de Ezeiza que le comentó al diez sobre el Batman platense y su labor. Y obviamente Lio como siempre, con su excelente predisposición accedió al pedido y firmó la casaca.
El legado
"Esto ya es muy grande. Cederé la posta a los 10 años y me sucederá el Batman que a mi juicio trabaje con la seriedad que se merece el asunto. Yo pasaré a ser un Robin más, para apuntalar esto desde otro lugar". Testimonio del superhéroe en relación a cómo continuará esta hermosa historia, que por suerte no se limita a La Plata. Porque ya hay Batmans en Río Negro, en Córdoba e incluso en otros países también... Cuenta que le han escrito de México y de Perú, y que incluso la voz se corrió hasta en China. "Un día me contactaron dos personas que querían que saliese en un noticiero en vivo allá... Recuerdo que por la diferencia horaria terminé mi recorrida semanal y estuve esperándolos hasta las 10 de la noche con el traje para la entrevista" (es todo un tema ponérselo y sacárselo). Se lo nota feliz al saber que otros quieren seguir sus pasos. Espera que haya muchos más, aunque nunca habrá una capacitación específica para encarar el rol. Cada cual tiene que encontrar su personaje y su forma de hacerlo. No tiene por qué ser el murciélago; ni siquiera es condición llevar un traje. Con que cada uno haga desde su lado lo que le salga, alcanza. Manifiesta que esto es algo que se siente y que es muy difícil de explicar lo que genera el dar sin esperar nada a cambio.
"Este Batman demostró lo que es capaz de hacer un argentino cuando deja otras cosas de lado... Acá no hay kirchneristas o macristas, Boca ni River... Todo se resume a tirar para el mismo lado. Sólo se necesita confiar, y para eso está él; para demostrar que se puede. Por eso siempre hay transparencia en la rendición de cuentas sobre el destino de cada peso u objeto que se dona. La mayoría de los argentinos somos así... Quedamos como tramposos o ventajeros única y lamentablemente porque los hay, y sobresalen. Pero no representan a la mayoría, que es gente trabajadora dispuesta a dar una mano. El problema acá es que el honesto siempre lleva la de perder por la manera en que funciona usualmente todo en este país. Yo creo que es posible lograr ese sacrificio de cambiar. La gente de bien es gente que no se queda solo en la crítica, esperando a que esos cambios se den... Estamos dispuestos desde nuestro lugar a colaborar para lograrlo". Esta es, textual, la reflexión final de un héroe de verdad, cuyo súper poder es el coraje, detrás de un gran corazón.
Para saber más de el: https://www.facebook.com/BatmanSolid